Old Boys

15 de Octubre 2016 Noticias

No se qué es más raro. Que Bob Dylan reciba el Nobel de Literatura o que, a sus 75 años, siga cantando. Ayer, cuando subió el escenario para inaugurar el segundo fin de semana del Desert Trip, el llamado concierto del siglo, se convirtió en el primer Nobel que congrega a cerca de 70 mil personas. Y, como a Dylan le dieron el premio por la poesía de sus canciones, este puede considerarse en mayor evento literario de la historia. Uno, donde curiosamente no había que leer, pero de seguro los asistentes pusieron mayor atención a las letras del cantante, ahora elevadas a piezas de culto.

Para los organizadores del Desert Trip, el Nobel de Dylan fue una especie de regalo adicional para un evento que ya rompe todos los récord de la industria. Se estima que las ganancias se empinan sobre los 160 millones de dólares, el doble de lo que logran los mejores conciertos de este tipo.

Claro, lo anterior no es tan raro, si se considera que en él participan seis mitos de la historia de la música: Bob Dylan, Paul McCartney, Roger Waters, Neil Young, The Who y The Rolling Stones. Pero también es un tributo al paso del tiempo, toda vez que en el escenario no hubo nadie menor a 70 años, edad donde se supone la mayoría está jubilado, viviendo de sus viejas glorias o penas.

Pero estos verdaderos old boys dieron una lección que muestra que la vitalidad y la calidad no tienen que ver con la edad, como se asume tan frecuentemente. Al comienzo, muchos festinaron con esto. Como en el mismo lugar se realiza el famoso festival Coachella, al Desert Trip lo apodaron Oldchella. Incluso, Mick Jagger, al iniciar el show dijo: “bienvenidos a la casa de retiro de Palm Spring”. Pero lo cierto es que, al final, el Oldchella le ganó al joven Coachella en todo: público y plata.

Lo sucedido en Indio, California, es interesante. Muchos hablan de que el gran problema que enfrentamos como sociedad, es que la población está envejeciendo. Si vemos así las cosas, entonces vamos directo al despeñadero.

Pero hay una segunda mirada sobre esto, que me parece más adecuada. Así como existe una generación “millennials”, la que vive en torno a Internet, y sobre quienes se enfocan todas la estrategias de marketing moderno, está también la de los old boys, que es más grande y que se aleja de los conceptos clásicos de la vejez, partiendo por lo físico. Es cosa de ver a Jagger, a sus 73 años, bailando y corriendo por el escenario por más de dos horas, algo que pocos jóvenes pueden hacer. Para qué hablar del talento, que tampoco envejece. Y, claro, su capacidad de convocar a la gente, que le sigue rindiendo tributo como en sus primeros años.

Los creadores del Desert Trip apostaron a los old boys y ganaron. Esto debe ser una lección para todos, en especial para muchas empresas que dedican poco o nada de su tiempo hacia este segmento de la población. Incluso botan el talento por edad, con el pretexto de modernizarse, sin darse cuenta que aquello es una estrategia vieja, que no corresponde a los tiempos. Porque, la final, Oldchela probó que los viejos la llevan, y con fuerza.

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