Estrategia
Hace un par de semanas se publicaron los resultados del “1er Estudio Nacional de Diversidad Sexual en el Trabajo”, iniciativa liderada por la consultora Gestión Social y la fundación Iguales. La verdad es que los resultados son preocupantes. Solo por nombrar algunas cifras, aproximadamente un 50% de la población encuestada considera que es difícil o muy difícil encontrar empleo, y 1 de cada 6 se sienten aislados y/o ignorados en su lugar de trabajo. Aparentemente esto es aún más grave en la comunidad transexual, donde al menos un 25% indicó trabajar en un ambiente fóbico.
Esto nos atañe porque una rama de la responsabilidad social empresarial se ha enfocado recientemente en las actividades “hacia adentro”, principalmente aquellas orientadas a mejorar las condiciones laborales de los empleados. Por ejemplo, iniciativas que procuran mejorar los planes de compensación, de capacitación, fomentar la estabilidad laboral, etc. Dentro de esa rama, una línea estudia lo que se conoce como “gestión de la diversidad”, cuyo objetivo es no solo manear, sino aprovechar la heterogeneidad de las personas en favor de la empresa. Aunque es válido para todo tipo de organizaciones, esto es particularmente importante en aquellas que procuran generar equipos de alto desempeño y entornos de trabajo que propicien la creatividad.
Luego, las firmas que no estén preocupadas de gestionar adecuadamente la diversidad sexual y, por el contrario, no hagan nada para evitar ambientes laborales hostiles contra esta comunidad, están condenadas a la irresponsabilidad social “hacia adentro”. Por otro lado, actúan en contra de su interés económico, ya que esto podría incidir negativamente en otras variables como la satisfacción laboral, motivación y compromiso de estas personas.