Señor director:

El proceso de discusión legislativa y ante el Tribunal Constitucional de la ley que despenaliza la interrupción voluntaria del embarazo en tres causales nos ha permitido reflexionar como país. Podemos tener profundas diferencias sobre cómo se protege mejor la vida y la dignidad del ser humano, pero estos valores han sido invocados, con sinceridad la mayoría de las veces, por todos quienes han participado en el debate. El valor que tiene compartir estos principios es inconmensurable y, como trágicamente nos ha enseñado nuestra historia política en años pasados, es un consenso frágil que sólo existe en la medida en que lo cultivemos día a día.

Como activa participante en la defensa del proyecto, quiero destacar un aspecto de este proceso legislativo que contribuye a reforzar nuestro compromiso común con la dignidad. En estos más de dos años, las mujeres fuimos protagonistas, en el Congreso, en el Tribunal y en la calle para exigir que se nos reconozca como sujetos morales capaces de tomar decisiones responsables que merecen atención por parte del Derecho. Chile empieza a respetar y confiar en sus mujeres. Esa es la mejor noticia de esta semana.