Hace algunos meses, y sin sospechar que el | tema de las AFP comenzaría a captar tanto interés en los medios nacionales y en la sociedad civil, escribí una columna respecto al tema de la (Inversión Socialmente Responsable (acrónimo inglés SRI). Dicha opinión estaba enfocada justamente en este tipo de inversionistas institucionales: básicamente argumentaba que las AFP deberían tener alternativas de inversión que agrupen solamente a empresas socio-medioambientalmente responsables, dado que la evidencia apunta a que estas rentabilidades poseen un menor riesgo. Esto ocurriría porque, al tener menos problemas con sus grupos de interés, existe menos varianza en los retornos de estas firmas.
De esta forma, el dinero destinado a nuestra vejez queda más protegido en términos relativos, de las fluctuaciones del mercado. ¿Por qué quisiera reiterar este punto en mi columna de este mes? Porque dado que la sociedad civil y el mundo político han crecientemente comenzado a discutir este tema siento que dentro de todas las reformas que se debaten sobre nuestro sistema de pensiones, no he visto la intención de incluir el concepto de SRI en el sistema de AFP.
Dado que ahora se están planteando una serie de cambios a las AFP, ¿no sería esta la oportunidad perfecta para modernizar el sistema e incluir tendencias mundiales de responsabilidad social? ¿No sería también una oportunidad de proteger aún más nuestros fondos de pensión a través de una inversión con menos riesgo? ¿No sería además la oportunidad de fomentar el crecimiento de empresas responsables socio-medioambientalmente, asignándoles recursos de esta forma? Insisto: este aspecto modernizador de los sistemas de pensión todavía está ausente en la discusión.