La batalla de Concón

21 de Agosto 2017 Columnas

La historia de la región está llena de hechos que han sido olvidados por el común de sus habitantes. Uno de ellos es la sangrienta batalla que se llevó a cabo en las riberas del río Aconcagua, un 21 de agosto de 1891.

Hacia 1891 el presidente José Manuel Balmaceda se enfrentó con el Congreso por la aprobación de la ley presupuestaria de ese año. El rechazo del Parlamento y la desobediencia del Presidente que aplicó el presupuesto del año 1890 fue “la gota que rebasó el vaso” en una serie de tensiones entre un poder y otro.

El Congreso, apoyado mayoritariamente por la Armada, se trasladó al norte donde preparó sus fuerzas. Mientras que el Presidente, que tenía a su favor a gran parte del Ejército, concentró sus tropas en el centro y sur del país.

La situación se hizo crítica hacia el mes de agosto, cuando el Congreso se vio en la necesidad de tomar el poder y para ello debía avanzar hacia el centro. Un ataque directo a Valparaíso resultaba muy arriesgado, por lo que se decidió desembarcar a las tropas en la bahía de Quintero y buscar desde ahí el control del centro político (Santiago) y económico (Valparaíso).

Aquí es donde el río Aconcagua se transformó en el Rubicón chilensis. Si los revolucionarios lograban cruzar, tendrían gran parte del camino allanado para derrotar al Presidente Balmaceda que, a esas alturas, era considerado un dictador. El Mercurio, por ejemplo, favorable al Congreso, había sido censurado y luego de un trabajo prácticamente ininterrumpido desde 1827, dejó de funcionar durante ocho meses.

El novelista Luis Orrego Luco, soldado congresista, describió la enorme dificultad que significó para los revolucionarios cruzar el Aconcagua, pese a que lo hicieron en su parte menos profunda, el vado de Colmo: “Los soldados se lanzan al río con el agua hasta el cuello, luego hasta el pecho…la corriente es tan fuerte, que muchos no pudieron resistirla, perecen ahogados y sus cuerpos se sumergen y luego más allá, a lo lejos, flotando como boyas negruzcas”.

Muchos de estos hombres habían sido reclutados de las salitreras del norte y no sabían nadar, algunos se introdujeron en los lugares donde el río se veía más calmo, cuando, en realidad, eran los sectores más profundos.

A pesar de esta dificultad, los revolucionarios contaron con el apoyo de dos cruceros que bombardeaban desde la costa, manteniendo controlados a los balmacedistas y facilitando el cruce por el Aconcagua. Una palmera, ubicada en la ribera de este río, aún conserva los restos de balas, una testigo privilegiada de esta sangrienta batalla.

Una vez que los congresistas lograron acceder a la ribera norte, la lucha se centró en la quebrada Las Petras, la misma que hoy es objeto de preocupación por las autoridades. Debajo de esa tierra deben descansar, igual que en el río, restos de soldados, como también cartuchos y otros elementos de guerra.

La batalla de Concón dejó la escalofriante cifra oficial de 1.066 muertos por ambos bandos, siendo aproximadamente 850 del bando presidencialista, a los que habría que sumar más de un centenar de desaparecidos, la mayoría de ellos arrastrados y ahogados por el río Aconcagua.

A partir del resultado de la batalla de Concón, señala Andrés Avendaño en una reciente obra sobre esta guerra, surgirá un nuevo término: “El conconismo, símbolo de la depresión, desánimo y del impacto moral que afectará al bando gobernista”. Fue este espíritu, determinante para su derrota final en otro sangriento escenario, Placilla.

Finalmente, la batalla de Concón fue un acontecimiento que se ha tendido a olvidar por diversas razones. Una de ellas, la necesidad de dar vuelta la página por parte de la élite que aplicó una serie de amnistías -efectivas- que permitieron una rápida reconciliación política. Otra razón, que al ocurrir fuera de Santiago, adquiría menos importancia para historiadores que escribían sus relatos desde la capital. Y, por último, una mirada profundamente elitista de quienes redactaban la historia y para quienes la muerte de cientos de soldados terminaba siendo solo un dato numérico. Estos factores han influido en que este encarnecido enfrentamiento haya pasado al olvido para la mayoría de los chilenos y, más grave aún, para gran parte de los habitantes de esta comuna.

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