Y el DJ pudo más que la política

20 de Junio 2016 Noticias

La imagen que daba vuelta ayer en las redes sociales, con vocales de mesa solitarios, aburridos y muertos de frío, era una postal que varios habían adelantado. De hecho, las primarias de este domingo podrían considerarse, en varias dimensiones, como prescindibles. No hubo grandes sorpresas, ni grandes votaciones, ni siquiera grandes noticias.

Lo que sí hubo -y lamentablemente los pronósticos le apuntaron- fue una gran abstención, que se replicó en todo el país. Aunque en Valparaíso se superó ampliamente las nueve mil personas que votaron en las primarias del 2012 -y algunas voces dicen que votó más gente que en La Florida-, lo cierto es que quienes ejercieron su derecho a elegir candidato no llegaron al 10% de los que estaban habilitados para hacerlo. Ello, en un contexto global en el que apenas un 5% del padrón nacional, salió de su casa y emitió su sufragio.

Pese a ello, los pronósticos apuntaban a que la maquinaria política que respaldaba al candidato DC, Omar Jara, más una campaña centrada en el debate político, podrían más que la popularidad de Leopoldo DJ Méndez. Y no fue así.

El rotundo 56% que respaldó la candidatura del cantante, veinte puntos más de los que apoyaron al exgobernador de Valparaíso, dan cuenta de un fenómeno importante. Uno en el que la popularidad, el conocimiento y la fama sobrepasó ampliamente la experiencia política, el conocimiento de la administración de la comuna y la maquinaria democratacristiana y comunista juntas.

Se podría decir que las propuestas de Méndez fueron mejores. Que las escalas mecánicas, el wifi gratis o el alcalde de noche pudieron más. Pero lo cierto -y lo triste- es que aquí ganó el reality, la cercanía ilusa que hace creer a algunas personas que lo que sucede en la TV, las luces, el show arriba del escenario, pueden manejar un municipio de mejor manera que alguien que viene del denostado mundo político.

Aquí radica la preocupación. En que efectivamente el estado de la política nacional, regional y comunal, está tan enlodada, que la ciudadanía prefiere probar a alguien que cree conocer, aunque sea a través de las pantallas de TV.

Este estado de situación puede hacer explosión en las próximas municipales. Y de ahí la importancia que Leopoldo Méndez y el actual alcalde Jorge Castro, entiendan que el primer enemigo que deben derrotar es la desidia política de la ciudadanía. Porque la baja participación no tiene que ver con el partido de Chile ante México ni con el Día del Padre, sino con una desazón del votante, que ya no cree en la cosa pública.

La tarea es ahora convocar. Porque lo que tienen que tener claro quienes siguen en campaña es que un alcalde, sea quien sea, electo con un 10% de participación, no dará para ningún tipo de celebración.

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