Una aventura sin chispa

10 de Junio 2017 Columnas

Carolina Goic no prende. Como fuego artificial chingado, la candidata presidencial de la DC apenas tira chispas que llegan al 3% en las encuestas. Para colmo, le caen críticas internas por el manejo de la campaña. Su lugarteniente, Pablo Badenier, acaba de abandonar el buque. En la Falange temen que éste se hunda con más pena que gloria.

Nunca en la historia un abanderado democratacristiano ha hecho un papelón en las presidenciales. Lo más bajo que han sacado lo obtuvo el mismísimo Frei Montalva en 1958: llegó tercero con 20 puntos. Ni en sus mejores sueños Carolina Goic logra igualar la marca. Todo indica que llegaría cuarta después de Piñera, Guillier y Bea Sánchez. O más atrás.

Los pragmáticos le piden que termine con esta aventura y se baje en favor del candidato oficial de la Nueva Mayoría. Así se negocia mejor la lista parlamentaria. Ella contesta con la mística de los convencidos: la suya es una decisión no negociable. Fue refrendada por el partido. El resultado, en este fervor, es secundario. Lo importante es competir para encender las pasiones propias –eso es romántico- y al mismo tiempo medirse en la arena electoral sin subsidios coalicionales –eso es riesgoso.

Es riesgoso, sabemos, enfrentarse a la realidad: puede que la vieja y gloriosa DC sea menos de lo que cree. La candidatura de Goic puede ser un baño de realidad. En un escenario donde la derecha tiene su candidato claro y la izquierda tiene un par de opciones razonables, la DC pensó que coparía el centro. En ese registro, reivindicó el discurso de Lagos. Pero parece que ni siquiera ese mundo moderado la considera “su” candidata.

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