La tiranía de los fondos académicos

2 de Febrero 2016 Noticias

Facultad de Ingeniería y Ciencias

La Tercera

Señor director:

La isificación de la investigación en Chile sigue una tendencia ya consolidada en los países desarrollados. Eugene Garfield, fundador del Institute for Scientific Information (ISI), demostró que, en cada área del conocimiento, las revistas académicas de excelencia son aquellas en que es más difícil publicar investigación. Si bien estas revistas tienen un factor de impacto ISI alto, en la mayoría su prestigio existe desde antes que el factor fuese ideado. Por ende, es acertado el uso de esta herramienta como sinónimo de calidad en investigación. Además, permite filtrar los aportes incrementales en investigación de aquellos más significativos.

Ciertamente, la isificación es inevitable y adecuada como métrica de calidad pero tiene el potencial de ser peligrosa para la evaluación de un investigador. Particularmente, en nuestros concursos de financiamiento público vemos como se reduce el currículo a las publicaciones ISI. ¿Acaso no son importantes la docencia, transferencia tecnológica, vinculación con el medio y la problemática regional? En vías del desarrollo, el país no puede darse el lujo de perder investigadores como consecuencia de este diseño. Primordial será blindarlos y amortiguar la terapia de choque con que la isificación se implementó, por una evaluación más aterrizada a nuestra realidad. El deseo de cuantificarlo todo no debe ser más fuerte que el de estimar el impacto real y significativo de un investigador.

Necesitamos una mayor democracia y una menor isificación en la asignación de los fondos académicos. Parafraseando a Carl Sagan: “en algún lugar algo increíble espera ser descubierto: que la espera no se dilate por defecto”.

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