Fondas en la Alejo Barrios

7 de Septiembre 2017 Noticias

Se inicia septiembre y con este mes, las celebraciones correspondientes a un nuevo aniversario de nuestra independencia. Uno de los lugares icónicos de estas fiestas es la explanada Alejo Barrios, ubicada en Playa Ancha, Valparaíso.

Uno de los primeros en aprovechar el potencial de esta planicie, ubicada entre medio de cerros, fue el ministro Diego Portales, que quiso hacer de este espacio un campo de entrenamiento para sus milicias, ciudadanos comunes que hacían ejercicios militares los fines de semana.

Hacia 1872, Recaredo Santos Tornero, en su Guía descriptiva de Chile, se refería a Playa Ancha como extenso llano, situado entre las quebradas de los arrayanes y del Membrillo. Ya por esos años, apunta el autor: “Este llano, siempre triste i desierto, tiene todos los años un corto, pero animadísimo periodo de vida. Los días el aniversario de nuestra independencia, se ve invadido por una inmensa concurrencia, compuesta en su mayor parte de jente del pueblo, ávida de los placeres i diversiones de que se ve privada en el resto del año”.

Las autoridades, que no veían con buenos ojos estos “excesos” de la población, intentaron contrarrestar estas fiestas, promoviendo en este lugar el desarrollo de los deportes modernos, siendo el fútbol el preferido.

Esta fue la razón para que el alcalde de Valparaíso, Alejo Barrios, transformara este enorme terreno en un gran parque que incluía espacios para hacer deportes. Con este fin, se forestó el lugar con árboles y se diseñó el espacio con forma elíptica. Rodolfo Urbina destaca que, hacia 1895, el sector ya contaba con más de 5 mil árboles, a los que se sumaban estatuas y jarrones ornamentales.

Tiempo después, relata Patricio Leal, esta determinación del edil motivó a los clubes amateurs, que se reunían a jugar en ese sector, a agruparse en una asociación y fundarla con el nombre de Alejo Barrios, en homenaje al también diputado por Valparaíso y Casablanca.

Hace un siglo, las autoridades porteñas se plantearon la necesidad de ordenar este espacio y transformar esta explanada en un lugar moderno, que permitiera practicar diversos deportes, además del fútbol, y que sirviera a la vez como un espacio de reunión. Una editorial de El Mercurio de Valparaíso de 1917 celebraba el proyecto de ley que tenía como objetivo modernizar esta planicie en un gran “Stadium”: “Es difícil encontrar una juventud más aficionada a los deportes que la de Valparaíso, y, sin embargo, no existe un pueblo más desprovisto de espacio y comodidades que el nuestro para los ejercicios al aire libre. En donde hay en los cerros algún pequeño sitio -el plan está completamente ocupado- se ven los domingos niños y hasta grandes jugando fútbol.”

El proyecto, aunque guarda relación con el que finalmente se construyó, consideraba una plazoleta, un edificio central y entrada para el Stadium, una gran cancha de fútbol, velódromo, graderías, campo de maniobras, 5 canchas de fútbol, una piscina y un lugar de juegos para los niños.

La construcción de este recinto, destacaba el medio, permitiría además de la práctica de diversos deportes, dejar de tener que trasladarse a Viña del Mar, con los peligros que esto conllevaba: “No es natural que para jugar una partida de fútbol con mediana comodidad, sea necesario hacer viaje a Viña, y ello ni siquiera conviene porque se está allá al lado del juego de las carreras, tan peligroso para los jóvenes”.

Aunque el estadio que se inauguró en la década del treinta, y que fue remodelado hace un par de años, guarda similitudes con lo que se presentó hace cien años, no cumple con el proyecto polideportivo que se quería desarrollar en el sector.

Finalmente, resulta paradójico que la explanada que hoy día sirva de domicilio para las fondas, haya sido promovida por la Liga contra el Alcoholismo que, a inicios del siglo XIX, vio en el deporte, y en especial en el fútbol, un medio para alejar a la población de las fiestas y sus excesos. La tradición popular pudo más que la voluntad de las autoridades.

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