Depredadores inmobiliarios

13 de Abril 2017 Columnas Noticias

Señor Director:

El intendente Claudio Orrego ha puesto sobre la palestra el debate respecto de los “guetos verticales” que se han construido en Estación Central. La reacción ha sido inmediata y destacados líderes de opinión ya han cuestionado estas moles. Al margen de que no exista plano regulador alguno, ciertamente la pregunta de fondo es por la autorregulación de algunos depredadores inmobiliarios. La justa y necesaria rentabilidad de los desarrollos no puede confundirse con la tosquedad que proyectan.

Este debate, que apela a nuestro sentido cívico y estético, cuestiona y refleja nuestra cultura.

Y más allá de nuestra capital también vemos cómo lenta y gradualmente destruimos algunas de nuestras hermosas ciudades. Por ejemplo Frutillar, ese pequeño oasis sureño que mantiene y promueve sus tradiciones alemanas, ya nos anuncia su decadencia. En efecto, aunque se ha hecho un tremendo esfuerzo por renovar las antiguas casonas al borde del lago Llanquihue donde se erige el emblemático Teatro del Lago, a pocos metros ya se publicita la venta de “departamentos dúplex de 1, 2 y 3 dormitorios” en un moderno edificio de varios pisos.

Estos desarrollos deberían hacernos reflexionar sobre nuestra cultura y lo que queremos para el futuro de Chile.

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